El aislamiento insuflado consiste en inyectar material aislante en espacios cerrados, como fachadas o falsos techos, logrando una distribución compacta del material aislante. Esto no solo aísla, sino que también evita la circulación de aire hacia el interior de la vivienda.
Esta técnica se utiliza principalmente en fachadas de doble hoja, conocidas también como fachadas con cámara de aire. Dado que es una solución constructiva común, muchas viviendas son aptas para este tipo de aislamiento.
- Fachadas de doble hoja, conocidas como fachadas con cámara de aire. Dado a que es una solución constructiva común, muchas viviendas son aptas para este tipo de aislamiento. Pudiendo realizarse tanto desde el interior como desde el exterior de la vivienda.
- Tabiques medianeros: Proporciona aislamiento acústico y térmico en las paredes que comparten espacio con las viviendas vecinas.
- Falsos techos: Contribuye a mantener una temperatura óptima en el hogar al asegurar techos que los techos estén bien aislados.
Proceso de ejecución del aislamiento insuflado
a. Actuaciones previas
Se realiza inspección inicial con una prueba endoscópica para verificar la existencia de la cámara de aire, medir su grosor y evaluar su estado. Definimos las áreas de la vivienda que se pueden insuflar, calculando el material necesario.

b. Implantación de maquinaria.
La maquinaria necesaria para llevar a cabo el aislamiento insuflado se prepara de manera que se interrumpan al mínimo las áreas comunes en las comunidades, con el fin de minimizar las molestias a los vecinos.


c. Ejecución de perforaciones.
Una vez que la maquinaria está lista, se procede a realizar las perforaciones necesarias. Se crean pequeños agujeros de entre 2 y 4 cm repartidos de manera uniforme por las paredes, según el tipo de material aislante y las características de la fachada.
Estas perforaciones son esenciales para acceder a la cámara de aire, permitiendo que el aislante se insufle de manera efectiva y se logre un relleno homogéneo y sin fisuras. La correcta planificación del tamaño y la ubicación de los agujeros optimiza el proceso de aislamiento.

c. Insuflado del aislamiento.
Una vez realizadas las perforaciones, se inyecta el aislante a través de los agujeros, que garantizan una distribución uniforme del material en la cámara de aire.
Durante este proceso, se controla la densidad del aislante para asegurar su efectividad; una densidad adecuada mejora las propiedades aislantes y evita el asentamiento con el tiempo.
Además, se ajusta la presión de inyección según el tipo de material y las características de la cámara, lo que permite que el aislante se adhiera correctamente a las superficies internas. Al finalizar, se revisan las áreas tratadas para confirmar que el relleno sea homogéneo y efectivo, asegurando un aislamiento óptimo para la vivienda.

d. Sellado de perforaciones con yeso/pasta de agarre
Una vez finalizada la inyección del aislante, se procede a sellar las perforaciones con yeso o pasta de agarre. Primero, se limpia la superficie alrededor de los orificios y se prepara el material de sellado.
Después, se aplica el yeso o pasta sobre cada perforación, asegurando que esta zona quede uniforme con el resto de la pared.
Finalmente se deja secar el material quedando la zona queda lista para pintar.

